Mártir y paladín
¿Qué se puede hacer en ochenta años?
Probablemente, empezar a darse cuenta
de cómo habría que vivir y cuáles son
las tres o cuatro cosas que valen la pena.
Ernesto Sábato
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Estimado lector, gracias. No hay duda de que Andrés Manuel López Obrador es un gran seductor, su discurso te va envolviendo poco a poco, se vale de las causas de los más desprotegidos y de quienes por años han sido borrados por los regímenes anteriores, solo son recordados para los votos en tiempos electorales, hoy no es diferente y ante los malos resultados solo le queda martirizarse y recordar, solamente de discurso que siempre estará a favor de la justicia, claro la que él aplica.
Así por años se ha martirizado y desde que llegó a la presidencia, cuando lee los titulares de los medios de comunicación le hierve la sangre y se lanza contra ellos, luego cuando ha sido exhibido por ser tapadera de corruptelas como las de Manuel Bartlett, Zoé Robledo, su prima Felipa Obrador y por supuesto su hermano Pío López Obrador, no tiene justificación, solo habladurías y no presenta evidencias de lo contrario, pregona que desde Madero no ha habido un presidente más atacado.
La 4T está esquizofrénica, representa la realidad a su manera, a conveniencia. La semana pasada vimos una nota diplomática que el canciller Ebrard mandó a EU para que explicaran el financiamiento que habría recibido Articulo 19 y Mexicanos Unidos Contra la Corrupción por parte de la Embajada de ese país, horas antes de su reunión con Kamala Harris, incluso se refirió que eso era golpista, y es que claro hay que hacer todo para proteger a su par de delfines que salieron muy dañados luego de la desgracia de la Línea 12 del Metro.
Casi todos los días hay palos para sus adversarios políticos y como la oposición ha quedado reducida a nada, López se tiene que inventar con quien reñir y los medios de comunicación, periodistas, activistas, intelectuales y sociedad civil son los elegidos, juzga y condena sin miramientos y luego dice que es una discusión sana, pero cuando le reviran como lo hizo Macario Schettino o Roger Bartra son neoliberales, fifís e intelectuales orgánicos que buscan descarrilar su proyecto, pero los dos tienen razón es preocupante la salud mental del tabasqueño que cada día está más solo.
Se siente paladín de la justicia electoral, dijo que no iba a meter las manos en proceso y las metió en el caso de Guerrero y Michoacán, se pronunció desde la presidencia en contra del INE al que quiere demoler, mientras que por el otro lado tiene comiendo de su mano al TEPJF. López entiende que la institucionalidad totalitaria, él es árbitro de la contienda y la mañanera de hoy demostró que es él quien está detrás de las denuncias en Nuevo León que pesan sobre dos candidatos, curiosamente no son los suyos.
Así el presidente que se autodenomina diferente por su superioridad moral, está convertido en un jefe de grupo, líder de partido que busca los intereses de unos cuantos. En la elección del 2018 usando la PGR le bajaron los decibeles a Ricardo Anaya y el Pejelagarto se enfilo a Palacio Nacional, hoy repiten la estrategia. El INE debe sancionar al que teniendo un cargo de PRESIDENTE se inmiscuya en el proceso electoral, aunque ya escuchamos como se rasgan las vestiduras… pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
En el caso de la Línea 12, vienen más demandas para Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera, los tres con sueños de ser candidatos.
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Hasta la próxima.