vie. Nov 22nd, 2024
Despertar a la historia significa adquirir conciencia  de nuestra singularidad, momento de reposo reflexivo antes de entregarnos al hacer. Octavio Paz. 
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
 Estimado lector, gracias. Hace unos meses el presidente Andrés Manuel López Obrador mencionó que es una lucha dispareja eso de las críticas de los intelectuales orgánicos contra su gobierno, luego dijo que los suyos apenas llegaban a una decena, recordó algunos de ellos ya fallecidos, entre los nombres que soltó se encuentra el del primer actor Damián Alcázar, quien ha dejado para posteridad personajes como el Beni o Carmelo Vargas que muestran la lacerante realidad del país, eso le valieron premios y reconocimiento del respetable. Ayer redescubrí en la plataforma Netflix, esa magnifica película que me sorprendió hace años, en 1999, un retrato maravilloso del viejo PRI y el contexto posrevolucionario, la miseria y como administraron la pobreza de las mayorías para perpetrarse en el poder, eso sí, siempre distingüendo la institucionalidad de los individuos aunque las traiciones los llevaron a buscar atentar contra la vida de sus correligionarios, un viejo partido donde un solo hombre ostentaba todo el poder, un sistema arcaico que llevó más de 70 años, no es un cambio, pero si una alternancia en el año 2000 con Vicente Fox Quesada. El largometraje es una verdadera joya de Luis Estrada, su dirección y la actuación del elenco seguramente le dolió al PRI. Como esa fórmula resultó exitosa, repitieron la dosis con “El Infierno” en el año 2010, en plenos festejos por el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución, recuerdo que resultó controvertida porque el país estaba sumido en un verdadero baño de sangre, las noticias le contaban los muertos a Felipe Calderón, cuerpos decapitados, mutilados, desechos en acido, niños sicarios una verdadera barbarie fue la que lograron capturar en la lente cinematográfica de Estrada, nos reímos porque esto es una tragicomedia, ahí estaban los de “izquierda” que hoy son gobierno, aplaudían y levantaban la voz sobre las atrocidades permitidas por Felipe y su pandilla. En la FIL de Guadalajara del 2011, Enrique Peña Nieto nos dio una probada o un presagio de lo que sería su gobierno, se tropezó al nombrar los libros que según él había leído, así era Peña, un humorista involuntario que junto con su banda nos mostró que el nuevo PRI era peor que los anteriores, en ese sexenio la corrupción llegó al tope, al límite que la sociedad podía aguantar. El director Luis Estrada y su elenco encabezado por Damián Alcázar presentaron “La Dictadura Perfecta”, la historia de un telepresidente, la inferencia de los medios de comunicación y la imposición de lo que ellos llaman “la mafia del poder”, los montajes y los chantajes, al final se impone el gobernador corrupto que llega a la presidencia. Pero la verdad había superado a la ficción. Nadie le puede pichicatear nada a Luis Estrada y al grupo de actores que hicieron esta trilogía sobre la corrupción, las transas, las traiciones, el nepotismo, las jugarretas, los grupos de poder, el narcotráfico, las estrategias fallidas. Pero por favor, no me digan que López y su proyecto no dan para una película de la 4T, no hay nada diferente de los sexenios de Fox, Calderón y Peña. O ¿al Pejelagarto solo le aplaudimos?… Pero mejor ahí la dejamos. Entre Palabras ¿Qué ya llegaron los medicamentos? Mejor como Santo Tomás, hasta no ver no creer. Escríbeme tus comentarios al correo suartu@gmail.com y sígueme en la cuenta de Instagram en @arturosuarez_. Hasta la próxima. 
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Por Staff