Al que cae desde una dicha cumplida
no le importa cuán profundo sea el abismo.
George Gordon Byron
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Estimado lector, gracias. Los últimos discursos del presidente López Obrador se pueden leer como si el buscara que el tiempo pasara más rápido para irse, parece que ya se dio cuenta que no va a poder cumplir tanta expectativa ni promesa de campaña realizada, por lo menos desde el 2006 en su primera candidatura, quisiera que todo mundo le rindiera pleitesía y sus esfuerzos están enfocados únicamente en la sucesión presidencial, lo que busca es colocar a alguien que le pueda mover los hilos, ser el titiritero como hacían los del PRI.
Las señales que se mandan no son buenas, mientras el Pejelagarto placea a su delfín Claudia Sheinbaum y gobierna la Ciudad de México, seguimos con la pandemia y sus 278 mil 590 muertos, septiembre se perfila para ser el mes más violento del año con un promedio diario de 80.2 víctimas de homicidio doloso, no hay confianza por parte de los inversionistas internacionales para jugarse su capital en tiempos de la 4T, la recuperación va como “elefante reumático”, se pelea con EU, se busca una reforma eléctrica dudosa, cara y para un mundo del siglo pasado, ese es nuestro presidente.
En uno de sus mayores tropezones lo vimos disculpar al crimen organizado, dice que no hay elementos suficientes para culparlos por el incendio del Baby’O en Acapulco, se convirtió en Ministerio Público y para aquello de la política mejor se hubiera quedado en silencio, porque, así como quita responsabilidad a unos, sentencia a otros como a los 31 científicos acusados de delincuencia organizada del Conacyt, eso sí, nos recetan que el fiscal Alejandro Gertz Manero es autónomo “como nunca”, aunque este más preocupado por procurarse justicia.
Aquí se lo dije, el hijo de Macuspana se equivocó cuando la mañana del 27 de agosto en Chiapas, un grupo de la CNTE le impidió llegar a su conferencia mañanera, López se quedó agazapado en su camioneta, no los enfrentó ni tampoco se los retiraron, el mensaje estaba enviado y era que prácticamente cualquier grupo puede secuestrar al jefe del Ejecutivo.
La situación se repitió en Huauchinango, Puebla, ahí un grupo de damnificados por el huracán Grace irrumpieron en un acto de la gira del fin de semana, estaban presentes su gabinete de seguridad y el gobernador Luis Miguel Barbosa (que no sale de Casa Aguayo), y claro que vivieron momentos de tensión. Me cuentan que los líderes de estos grupos son del mismo partido del tabasqueño y han defraudado a su gente, los han abandonado y no les ha llegado el apoyo prometido.
En este espacio se lo comente, operadores de Morena prefirieron venderse de último minuto ante la oposición que acatar las decisiones que venían del Palacio Nacional, así el PRI fue el ganador en Coahuila e Hidalgo en el 2020, algo similar se repitió este año en la Ciudad de México donde perdieron nueve alcaldías.
Los que se fueron del gabinete coinciden en que Morena y López son autoritarios, no hay posibilidad de crecer si el caudillo no lo permite, por ello muchos juran lealtad ciega a López Obrador, pero por debajo de la mesa se acarician la pierna porque saben que la 4T no será eterna y no saben vivir fuera del presupuesto… Pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
Insipiente oposición. El futuro del PAN será incierto con la reelección de Marko Cortés, tiene varios cartuchos quemados y las nuevas caras son débiles igual que su líder.
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Hasta la próxima.