Por Lourdes Rodríguez Salcedo
Disfruta al máximo de la experiencia cinematográfica más importante y memorable del año, que acapara en toda su grandeza la pantalla grande AMOR SIN BARRERAS. Que, tras una gran expectación, nos entrega una grata sorpresa, al superar el reto de redescubrir no solo uno de los films musicales legendarios más galardonados, destacados y queridos de todos los tiempos. Si no el más aclamado por la adaptación de la Obra de Broadway que plasma la historia moderna de amor, odio y locura de Romeo y Julieta entre pandillas callejeras de fines de los 50s en Nueva York, que muestra y denuncia el trasfondo social y político, marcando a toda una generación y que aún sigue resonando de manera muy actual. Estando bajo la mano del maestro Spielberg quien le imprime su talento respetando al original centrándose en sus mayores aciertos, pero quitándole teatralidad, mejorando y modificando aspectos claves para armar una experiencia extraordinaria y fuera de serie. Reuniendo un elenco de primera Ansel Elgort, Rachel Zegler, Ariana DeBose, David Álvarez, Mike Faist, Rita Moreno, Corey Stoll, Brian d’Arcy James, Josh Andrés Rivera e Iris Menas.
La trama nos trasladada al oeste de Manhattan en Nueva York en los años cincuenta donde la pandilla local los Jets formada por jóvenes estadounidenses de familias que en muchos casos provienen de Europa ,a mando de su líder Riff el más agresivo y virulento de todos ellos ,tienen en la mira a la otra pandilla de puertorriqueños inmigrantes los Sharks liderados por el intenso boxeador Bernardo .En eterna disputa por el territorio, suelen chocar con cualquier excusa .Pero de pronto el mundo de todos cambia, el mismo día en que ambas bandas se amenazan y desafían en la calle habrá un baile por la noche en el que todos se cruzarán. Ahí dos adolescentes que vienen de dos mundos diferentes y rivales quedan prendados uno del otro al instante de verse: María la inocente, bella y hermana menor de Bernardo, recién llegada de San Juan y Tony, el cofundador de los Jets y el mejor amigo de Riff que acaba de regresar reformado después de pasar un año en la cárcel, quien ahora lleva una vida rutinaria y menos peligrosa. Despertando entre ambos un imposible y peligroso romance que no debería existir. Al principio con las asperezas entre ambos bandos en su punto máximo, los dos son capaces de mantener su relación en secreto haciendo lo posible por darle fin al conflicto, pero a diferencia cuando Bernardo se entera del amorío, este enfrentamiento se intensifica, llegando a un punto de ebullición y con ella un futuro feliz para los dos amantes, haciendo que lo arriesguen todo poniendo contra la pared a los Jets y los Tiburones. Como era de esperarse la furia, el enojo, la agresión y la fatalidad los persigue sin ninguna escapatoria.
AMOR SIN BARRERAS es una extraordinaria, potente, vibrante y nostálgica oda dramatica musical que no busca ser un remake sino más bien una arriesgada propuesta atemporal que inyecta nueva vida, energía y frescura para lograr una nueva reinterpretación del film icónico y la puesta de Broadway.Resaltando el realismo, lo inmersivo y profundo en lo visual y narrativo. Gracias al interesante y efectivo guion de Tony Kushner que te conecta y cautiva desde el principio hasta el final sin que sientas el paso del tiempo de la duración del metraje. Aunque se mantiene fiel a la esencia de la trama entrega otra lectura muy distinta a lo hecho anteriormente al retratar un amor prohibido amenazado por el odio, el racismo, la discriminación, la marginación y los conflictos. Aquí sabe mostrar el orgullo de los orígenes y raíces de la banda latina de los Sharks, su lucha por ser aceptados, tener más libertad y derechos, víctimas de una segregación y bullyng, lo que ha motivado a que desarrollen una enemistad con el grupo contrario de los Jets formado por hijos de inmigrantes europeos que se consideran los verdaderos norteamericanos, quienes sienten un desdén y desprecio por los puertorriqueños. Funcionando como una crítica incisiva a lo absurdo que puede ser la violencia y sus consecuencias, los peligros de la xenofobia impulsada por el temor puro; la opresión policial, la falta de oportunidades, en un barrio de Nueva York en medio de una ciudad en plena transformación en el que el urbanismo se expande derrumbando viejos edificios, encareciendo la vivienda, expulsando a sus antiguos habitantes dejándolos al margen y con un nuevo sueño americano que no todos podrán alcanzar. No obstante, aun cuando maneja un tono vigoroso, dinámico y alegre, se va tornando más oscuro, crudo y violento hacia un inevitable infortunio y catástrofe no se siente melodramático ni exagerado. Todo muy bien plasmado gracias al desempeño actoral del casting que por un lado incorpora talento latino para interpretar los roles de los Shraks y sus familiares, hablando en español con frecuencia, otorgándole un estilo más casual y natural. Ayuda que todos son expertos en interpretación, cantar y bailar generando una experiencia más realista de calle. Por otra parte, la protagonista Rachel Zegler está verdaderamente magnifica como la joven inocente, inteligente y que quiere paz y tranquilidad en el barrio y por parte de su agresivo hermano. Con una voz magnifica destaca su interpretación de las canciones y nos sumerge en ellas. Tiene gran química con su coprotagonista Ansel Elgort tiene un carisma que atrae y seduce cuando actúa, canta y convence durante los momentos dramáticos. Ariana De Bose es energía pura como Anita y resalta en los momentos más dramáticos; Mike Faist resalta como un Riff atlético y muy intimidante; y la gran Rita Moreno de regreso como una gran Valentina que reemplaza al personaje de Doc. Apoyados eficientemente por el resto del elenco. Mención aparte el espectáculo audiovisual fascinante que se mueve con un ritmo trepidante lleno de escenas de acción explosiva y elaborada con persecuciones, peleas cuerpo a cuerpo, con navajas y armas más brutales y vehementes, junto con las elaboradas, hipnóticas y candentes secuencias coreográficas de Justin Peck de música y baile, desarrollando momentos notorios. En sintonía con el espectacular diseño de producción de Adam Stockhausen que recobra el esplendor y brillantez del viejo Hollywood, con los colores brillantes que contrastan con los opacos. La espectacular fotografía de Janusz Kamiński, sabe aprovechar cada plano moviéndose sin esfuerzo, elegancia y firmeza siguiendo a los protagonistas. Gracias a esto, la edición ágil de Michael Kahn y Sarah Broshar entrega una narración bella, dinámica y profunda. Aunada a la bien lograda ambientación imponente, grisácea desesperanzadora y decadente que te atrapa y no te suelta mostrando el mundo de los Jets y los Sharks como un paisaje de guerra en un proceso de gentrificación que los tiene, más allá de sus disputas y aparentes diferencias condenados y oprimidos. A si mismo maneja ideas propias en cuanto a la música que, aunque son las mismas piezas míticas de Leonard Bernstein y Stephen Sondheim, entrega arreglos diferentes y renovados, que cobran otro sentido, emotividad, mayor profundidad incluso humor. También altera el orden de las canciones y las escenas, en los lugares en dónde suceden, en cómo se integran al relato y con mayores alteraciones en los diálogos. Cabe mencionar que para apreciarlo no es necesario tener conocimiento previo de la puesta en escena. Sin lugar a dudas se trata de un magnifico musical y homenaje lleno de vida, color y baile de lo mejor que se ha dado en mucho tiempo, incluso para los que nunca hayan visto uno. Ya que al mismo tiempo que eleva nuestros sentidos nos sumerge en las emociones más profundas, consiguiendo una vivencia única que nos enamora y reconcilia con el género.
En resumidas cuentas, un verdadero deleite imposible de dejar pasar desapercibido y caer rendido ante él, y que merece ser disfrutado en la pantalla grande.