vie. Nov 22nd, 2024

Por Lourdes Rodríguez Salcedo

En una época en que el terror bien construido es más difícil de encontrar prepárate para espantarte, perturbarte e inquietarte con el estreno en cartelera nacional de una de las más esperadas cintas dentro del género, tras haber pasado por festivales como el de Stiges de LA ABUELA. Siendo la última puesta en escena aterradora costumbrista del talentoso cineasta Paco Plaza (Verónica, Rec, y Quien a hierro mata) quien con atinada sensibilidad y sin grandes efectos plasma el horror a la decrepitud y la búsqueda de la perpetuación de la belleza de la juventud. Apoyado por el talentoso guionista Carlos Vermut. Protagonizada por dos luminarias Almudena Amor y Vera Valdez
La trama gira en torno a Susana, una modelo que lleva ya un tiempo abriéndose camino en el mundo de la moda en Paris y que ve con cierta desesperación como las nuevas generaciones de divas de la pasarela son cada vez más jóvenes y manipulables. Cuando un buen día recibe una llamada de Madrid: su abuela, la mujer que la crio como una hija cuando sus padres fallecieron en un accidente de tráfico, está muy enferma tras haber sufrido un derrame cerebral y requerirá cuidados constantes, al ser altamente dependiente. Consternada por la noticia, Susana regresa para hacerse cargo de ella, pero todo son dificultades. Pronto se da cuenta de que su abuela sufre episodios de delirio y que su deterioro cada vez es mayor. Ocuparse de ella a tiempo completo le pasa factura porque no consigue descansar además de que empieza a tener pesadillas espeluznantes y a suceder cosas extrañas. Con el temor de perder la cabeza y el trabajo, se afana por encontrar a alguien que este con ella 24 horas del día, pero no es tan sencillo, así que no le queda más remedio de seguir a su lado hasta el final.
LA ABUELA es una espeluznante, inquietante, impresionante y claustrofóbica cinta de terror psicológico y atmosférico. Totalmente atípica a lo acostumbrado atípica, no es de sustos si no de miedo, es impecable como fin de terror claustrofóbico y como reflexión en voz alta, tan cruel como real, acerca de las relaciones intergeneracionales. Gracias a un guion inteligente y arriesgado que mezcla bien el máximo de los horrores, angustias reales del ser humano, lo místico lo sobrenatural y fantástico para presentarnos un aterrador relato que nos habla del miedo al dolor, la perdida, a las ilusiones rotas y a la muerte. Sumado a la dependencia emocional bestial que existe entre los mayores que necesitan cuidados y sus familiares que necesitan hacerse cargo, lo dramático, terrorífico y traumático que puede llegar a ser. Al mismo tiempo que sabe abordar de forma critica la banalidad de nuestra sociedad, siempre pendiente de la imagen y rindiendo culto a la juventud. Tiene un gran pulso narrativo que nos va presentando de manera pausada los eventos que forman la historia despejándose de trucos convencionales para atraparnos, desestabilizarnos y hacernos parte de situaciones dignas de las pesadillas más intensas hasta llegar al conflicto central. Es un gran trabajo que cuenta con un solvente y convincente diseño de producción, gracias a un maravilloso uso del lenguaje cinematográfico. La puesta en escena de cada escena es un deleite, filmada con gran tino sin casi diálogos y uso de la cámara magistral a la vieja usanza con efectos prácticos, hábil manejo de iluminación y encuadres tan simétricos como claustrofóbicos del cinefotógrafo Daniel Fernández Abello. Que funciona muy bien junto con la ambientación repleta de detalles, con una atmosfera escalofriante muy opresiva, que pasa prácticamente en un solo escenario, la casa de la abuela. Metáforas visuales poderosas con un juego de espejos y matrioskas alucinantes. Otro de sus puntos fuertes es el extraordinario trabajo actoral del reparto comenzando por la protagonista Almudena Amor que, con intensidad, nos contagia su miedo, a la vez que se desenvuelve con gran elegancia y contención en un entorno impredecible, en el que un día está en su elemento y al otro se tiene que hacer cargo de una situación que le es desconocida: la etapa de senectud de un ser querido. Además de que captura de forma por demás creíble la angustia y la desesperación que vienen con sucesos escabrosos e “inexplicables”. Pero sobre todo su coprotagonista es todo un espectáculo la modelo y actriz Vera Valdez que plasma a una persona de la tercera edad decrepita y enferma con comportamientos inesperados como echarse a reír sin ningún estímulo o moverse como un fantasma cuchicheando. Todo resaltado y unido por los elementos de sonido y la música, que acompañan cada una de las escenas maravillosamente para crear un dramatismo sobrecogedor, que se sumerge en nuestro subconsciente, para no soltarnos y mantenernos tensionados, horrorizados sin poder dejar de verla, esperando el resultado final. A pesar de sus defectos, es una película que merece tu tiempo y te dará escalofrío. Te va a sorprender no dejes de verla.
LA ABUELA es una espeluznante, inquietante, impresionante y claustrofóbica cinta de terror psicológico y atmosférico. Totalmente atípica a lo acostumbrado atípica, no es de sustos si no de miedo, es impecable como fin de terror claustrofóbico y como reflexión en voz alta, tan cruel como real, acerca de las relaciones intergeneracionales. Gracias a un guion inteligente y arriesgado que mezcla bien el máximo de los horrores, angustias reales del ser humano, lo místico lo sobrenatural y fantástico para presentarnos un aterrador relato que nos habla del miedo al dolor, a la pérdida, a las ilusiones rotas a la muerte, de la dependencia emocional bestial que existe entre los mayores que necesitan cuidados y sus familiares que necesitan hacerse cargo, lo dramático, terrorífico y traumático que puede llegar a ser. Al mismo tiempo que sabe abordar de forma critica la banalidad de nuestra sociedad, siempre pendiente de la imagen y rindiendo culto a la juventud. Aunque no tiene el mejor guion y su edición no es consistente tiene un gran pulso narrativo que nos va presentando de manera pausada los eventos que forman la historia despojándose de trucos convencionales para atraparnos, desestabilizarnos y hacernos parte de situaciones dignas de las pesadillas más intensas hasta llegar al conflicto central. Es un gran trabajo que cuenta con un solvente y convincente diseño de producción, gracias a un maravilloso uso del lenguaje cinematográfico. La puesta en escena de cada escena es un deleite, filmada con gran tino sin casi diálogos y uso de la cámara magistral a la vieja usanza con efectos prácticos, hábil manejo de iluminación y encuadres tan simétricos como claustrofóbicos del cinefotógrafo Daniel Fernández Abello. Que funciona muy bien junto con la ambientación repleta de detalles, con una atmosfera escalofriante muy opresiva, que pasa prácticamente en un solo escenario, la casa de la abuela. Metáforas visuales poderosas con un juego de espejos y matrioskas alucinantes. Otro de sus puntos fuertes es el extraordinario trabajo actoral del reparto comenzando por la protagonista Almudena Amor que, con intensidad, nos contagia su miedo, a la vez que desenvuelve con gran elegancia y contención en un entorno impredecible, en el que un día está en su elemento y al otro se tiene que hacer cargo de una situación que le es desconocida: la etapa de senectud de un ser querido. Además de que captura de forma por demás creíble la angustia y la desesperación que vienen con sucesos escabrosos e “inexplicables”. Pero sobre todo su coprotagonista es todo un espectáculo la modelo y actriz Vera Valdez que plasma a una persona de la tercera edad decrepita y enferma con comportamientos inesperados como echarse a reír sin ningún estímulo o moverse como un fantasma cuchicheando. Todo resaltado y unido por los elementos de sonido y la música, que acompañan cada una de las escenas maravillosamente para crear un dramatismo sobrecogedor, que se sumerge en nuestro subconsciente, para no soltarnos y mantenernos tensionados, horrorizados sin poder dejar de verla, esperando el resultado final. A pesar de sus defectos, es una película que merece tu tiempo y te dará escalofrío. Te va a sorprender no dejes de verla.

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