vie. Nov 22nd, 2024

Por Lourdes Rodríguez Salcedo

Dentro de los debuts cinematográficos veraniegos destacados de este fin de semana invade la gran pantalla un retrato grandioso y deslumbrante de la leyenda musical y cultural de Memphis: Elvis, bajo la distribución de Warner. Tras su exitoso estreno mundial con bombos y platillos en el festival de Cannes. Siendo Dirigida por Baz Luhrmann que con su sentido operístico y sello inconfundible con un derroche de recursos audiovisuales quien explora la vida y carrera del cantante Presley durante más de 20 años, atraves de su larga y tortuosa relación con su controvertido manager Tom Parker, con todos sus matices de manera musical y espectacular. Al mismo tiempo, que le rinde un homenaje. Reuniendo un portentoso cast Austin Butler y Tom Hanks, junto con Olivia DeJonge, Yola, Luke Bracey, Kelvin Harrison Jr., Dacre Montgomery, Helen Thomson, y en los secundarios Richard Roxburgh y David Wenh. La trama nos presenta cerca del final de su vida, al muy enfermo manager Parker quien nos narra los inicios, como lo descubrió, su relación y asociación con el mítico cantante Elvis Presley. A través de su mirada retrocedemos a Mississippi en 1953 a su infancia muy difícil cuando al ser arrestado su padre por desfalco, él y su madre fueron desalojados de su hogar, viéndose obligados a mudarse a un barrio de negros, en una época donde la segregación racial estaba muy presente. Donde hace amigos de color y los acompaña a las dos atracciones musicales del área: un bar de carretera para ver atraves de las grietas en las paredes tocar blues eléctrico al músico Arthur Crudup y debajo de la carpa de una iglesia pentecostal el servicio de avivamiento lleno de música góspel extática, donde Elvis, la única persona blanca allí, hace más que escuchar: se sumerge y entra en trance en el centro del servicio por los predicadores y sus enérgicos sermones, bailando vibrantemente sin parar y arrojándose a la multitud. Luego de estos episodios, la vida del chico continua siempre rodeada de estas influencias, idolatrando su música, sus llamativos trajes y elegantes pompandours. Al mismo tiempo que comienza a cantar y tocar en una banda abrazando su música, estilo y teatro. Lo que le da la oportunidad de grabar por primera vez para Sun Records una versión de Crudup “Eso está Bien”, la cual es transmitida en la estación de la radio local donde el dueño de la compañía, Sam Phillips declara que Elvis de diecinueve años, está tocando música negra. Y así, el Coronel, entonces un promotor de circo al enterarse decide verlo durante un concierto al aire libre, donde un vacilante, inseguro joven cantante sureño con el pelo largo y maquillado lanza una canción y es insultado, pero poco a poco sus movimientos sinuosos y de empuje entusiasman a las mujeres jóvenes de la multitud, que gritan extasiadas, mientras que los hombres se escandalizan. Por lo que Parker no pierde esta oportunidad de oro, cautivado por su energía y la capacidad para poner nerviosa a la audiencia lo recluta para una gira junto con el cantante de country Hank Snow y su hijo Jimmie Rodgers Snow, Elvis pronto se convierte en la cabeza de cartel, con el resto del cartel alejándose debido a los prejuicios cristianos, que van en contra del movimiento pagano de cadera. Pero la cariñosa madre de la futura estrella, Gladys calma sus nervios al asegurarle que no hay nada malo en ello. Tras abandonar el carnaval, y descubrirlo Parker decide manejar su carrera y ayudarlo a convertirse en una sensación, dedicándole toda su atención al músico que tiene a todos hablando. Una vez que el adolescente Elvis y su familia se muda a Memphis, comienza a pasar tiempo con la comunidad negra en Beale Street, donde se hace amigo de BB King y de otros personajes importantes en su influencia para su ascenso musical, incluidos Big Mama Thornton, Sister Rosetta Tharpe y Little Richard. Cuando pasa a través de las multitudes negras en la calle, lo acosan amorosamente para pedirle autógrafos. Pero lo que lo hace que sea original, más que su fusión de tradiciones en blanco y negro; es el frenesí sexual que aviva cuando sube al escenario. Junto con el ascenso meteórico en popularidad, un contrato de grabación de RCA, Parker mantiene a la familia Presley en sus manos tanto al convertir al padre en el gerente comercial de su hijo, aunque sin mucha influencia ni responsabilidad. Mientras que van involucrando a este con las drogas, poniendo una dependencia que se dispararía en años posteriores. Cualquiera que sea el placer que Elvis siente manifiestamente al hacer música, sus motivos principales son ganar suficiente dinero para que sus padres vivan cómodamente; le promete a su madre, un Cadillac rosa cuando tenga éxito. Pero esta le advierte sobre los peligros de perseguir la riqueza y la fama. Siendo una Superestrella lo acosan en la calle; la propiedad de la familia Presley es invadida por fanáticos; la policía tiene que mantener a la multitud alejada del escenario en sus conciertos. Junto con el ascenso meteórico en popularidad, un contrato de grabación de RCA, Parker mantiene a la familia Presley en sus manos tanto al convertir al padre en el gerente comercial de su hijo, aunque sin mucha influencia ni responsabilidad. Mientras que organiza una gira descomunal por todo Estados Unidos, este se va involucrando con las drogas, poniendo una dependencia que se dispararía en años posteriores. Elvis culpa a su ausencia por el aumento de la bebida de su madre y su posterior muerte, dejando un enorme vacío que jamás pudo llenar, sin embargo, el control de Parker sobre él es demasiado fuerte para sacudirse. En este punto, está claro que, como su protector, muestra poco o ningún afecto, considerándolo como una fuente de ingresos. morales y políticas por girar sus caderas de manera sugerente en el escenario, acusándolo por los crimines de lujuria y perversión. Apuntando a los mítines de segregación con advertencias alarmistas sobre la cultura africanizada. Las presentaciones y apariciones en televisión comienzan a estipular de no moverse, pero los fans, quieren la emoción y peligro. Cuando Elvis desobedece y les da lo que quieren, la sexualidad abierta que muestra es una fuente de escándalo, denuncia, amenazas legales y, para el Coronel Tom, una posible responsabilidad financiera. Por lo que este trata de cambiar su imagen pública, haciendo que se enliste para hacer su servicio militar hasta convertirlo en “totalmente estadounidense, para evitar entrar en prisión. Ahí en Alemania conoce a Priscilla, la hija de un oficial, la mujer de su vida con la que se casa y tiene una pequeña.
Tras dos años en el ejército y unos pininos en el cine que resulta ser en su mayor parte un desastre, a pesar de cierto éxito comercial por su ineludible falta de frescura y el manejo anticuado del Coronel que incide en su carrera musical y se interpone en su camino causando su fracaso artístico, como el especial de Navidad de 1968 que Parker había concebido para la familia y una nueva oportunidad para la comercialización para los suéteres nerds. Pero la frustración de Elvis con el declive de su carrera lo lleva a seguir el consejo de su viejo amigo Jerry Schilling. modificándolo bajo sus propios términos. El director Steve Binder remodela el programa, colocando a Elvis en un pequeño escenario rodeado de una audiencia televisiva donde los números de producción recreados son geniales, con un coro de góspel, bailarines y luchadores de Kung Fu. Y en lugar de cerrar con Ill Be Home for Christmas, interpreta If I Can Dream que lo confronta con la agitación política de la época, incluidos los asesinatos de Martin Luther King, Jr. y Robert F. Kennedy, acabando por ese solista que años antes había deslumbrado a todo el mundo. Lo que enfurece al coronel y a los patrocinadores. Sin embargo, Elvis pone gran énfasis en su regreso a la pureza musical e intentar seguir siendo relevante una vez que los nuevos estilos musicales y sus propios demonios conspiran para descarrilar su propio estrellato. Lamentablemente cuando intenta liberarse del Coronel, este lo convence y manipula para venderse y dañarse por $5 millones al año en Las Vegas, bloqueando el plan de giras internacionales de los miembros del equipo administrativo que realmente consideran su bienestar. Este titiritero no lo va dejar ir fácilmente ya que además de ser un indocumentado, está hundido en deudas de juego hasta el tope. Acuerda tratos secretos que mantienen a Elvis sepultado en Las Vegas, intoxicado, agotándose emocional y musicalmente para alimentar el frenesí nocturno de su público. sacudido en el escenario cada noche a través de las medicaciones de un doctor de dudosa ética. Presenciamos el declive de la solitaria estrella, abandonada a su suerte por todos comenzando por su esposa e hija. Lamentablemente como era de esperarse esto termina por sumirlo en las drogas, el alcohol y su prematura muerte muy joven a la edad de 42 años. Desde luego el coronel Tom se exonera, sosteniendo que Elvis era realmente adicto al “amor” que recibió de sus fans y la audiencia.

ELVIS es un prodigioso, hipnótico y extasiaste viaje y homenaje al arte y la vida de uno de los más legendarios y talentosos cantantes americanos que revolucionaron la escena musical de los años 50,60 y 70 con sus provocativos movimientos de cadera en el escenario y la innovadora fusión del country tradicional con el rhythm and blues y el góspel, ritmos que hasta entonces estaban asociado exclusivamente a la comunidad afroamericana, siendo el pionero del nacimiento del rock and roll y del rockabilly que ha influido y transcendido épocas y generaciones hasta nuestros días.Atraves de una narración fluida, vertiginosa y no lineal desde el punto de vista del quien fuera su representante el Coronel Parker ,que se sale del biopic convencional para sumergirnos como un comic y sin darnos tiempo de pestañear, en un intenso relato existencial ligado a una fuerte problemática cultural, histórica y social que abarca la inocencia en los orígenes del interprete desde su primera revelación cuando apenas era un niño ,sus influencias, su descubrimiento por el rapaz empresario Tom Parker que se convirtió en el manager que lo catapulto a la cima del éxito, su amistad fundamental con B.B King y otros artistas icónicos negros, el ascenso y fulgurante carrera, su romance y matrimonio con Priscilla, la perversión de la fama, la decepción y la agonía hasta su estrepitosa caída y trágico final con apenas 42 años de edad que acabo con su brillo como estrella convirtiéndolo en un mito. Con un cautivante y profundo guion que nos engancha para no soltarnos, ya que explora el lado oscuro de la fama, la codicia, la ambición y el dinero que son capaces de corromper a cualquiera, incluso a los más cercanos y en quienes uno confía ciegamente. Donde además se muestra, de una forma magistral, lo absurdo de algunas leyes contra el vicio y la perversión, la presión no solo moral sino política en un momento histórico, de crisis, lucha de derechos, inconformidad, denuncia y ánimos candentes en Estados Unidos con el inexplicable homicidio del querido presidente John F.Kennedy,su hermano Robert y el carismático predicador y defensor de los derechos civiles Martin Luther King, donde la intolerancia y el racismo estaban a la orden del dia,donde el talento de Elvis supuso un peligro contra una mentalidad que no estaba preparada para tal transformación. Con una espectacular, efervescente y grandiosa producción tanto sonora, visualmente avasalladora desde el inicio con un esplendoroso montaje frenético, panavisión anamorfico, pantallas divididas en diversos focos de atención y el uso de Split screen fragmentada en tamaños y formas geométricas diversas. Sin dejarte apartar la mirada con todo este esplendoroso desarrollo hasta que acabe. Y sobre todo extasiante musicalmente con secuencias que coinciden con decisiones y momentos determinantes que marcaron la carrera del rey, integrando hechos independientes. Con una estupenda banda sonora a cargo del supervisor Antón Monsted que mezcla melodías de época, el blues y góspel de los grandes artistas de color que lo inspiraron y con los que convivio como B.B.King,Sister Rosetta Tharpe y Little Richard, con los éxitos inolvidables de Elvis como Can´Help Falling in Love, Suspocious Minds y Jailhouse Rock, y vibrantes reconstrucciones de sus conciertos. Junto con Hip Hop y R&B moderno. Todo muy logrado gracias a una fantástica interpretación del elenco protagónico, encabezado por el actor revelación Austin Butler quien da la talla en un trabajo nada fácil al encarnar a uno de los artistas más populares, memorables y con unas maneras tan peculiares. Nos sorprende mutando en un Elvis al que no se limita a imitar, para poder revenciar su figura sin caer en el cliché al mostrárnoslo como ese superhéroe cada vez que se sube al escenario, con ese frenesí y movimientos espasmódicos, cuyo superpoder es hacer feliz a los demás, un rebelde con causa que cambio la mentalidad de la sociedad estadounidense vulnerable y que transmuto la escena musical. Pero al mismo tiempo sabe reflejar con acierto ese lado en la sombras y profundo de ansiedad, demonios internos, conflictos emocionales y dependencia al alcohol y drogas. Al ser maleable, explotado vampirizado por todos incluso su propia familia, que lo convirtió en víctima de su propia fama, hasta conducirle a una etapa autodestructiva y trágico final. Su contraparte el destacado Tom Hanks, otorga una gran replica hasta el punto de ser este narrador y tener prácticamente el mismo protagonismo ,con ayuda de un admirable trabajo de maquillaje, en un papel totalmente opuesto al que estamos acostumbrados a verle, entregándonos una extraordinaria interpretación en un papel moralmente ambiguo y antipático que nos muestra sutilmente al Coronel Tom Parker, un ex trabajador de feria deplorable que se convirtió en el agente de la estrella de rock, un hombre absolutamente indeseable, tan poco confiable como controvertido, manipulador escurridizo. Un cínico oportunista que maneja a su antojo a una familia inocente y cuyo control fue ampliamente criticado como poco ético y dañino para el cantante y cuyas decisiones sobre la carrera de Elvis también podrían estar relacionadas en parte con ocultar su propio pasado turbio y sus adicciones al juego. Para algunos es la verdadera mente maestra del éxito, creador del show-busines moderno en cuanto a marketing, merchandising, organización de giras y para otros el villano, explotador que se quedaba con el 50% de los ingresos y culpable del deterioro físico y artístico. Al cual se le responsabiliza en gran parte del ocaso y decadencia que acabo aniquilando a Elvis. Ambas luminarias plasman a las mil maravillas esta relación patológica. Por otra parte, entre el elenco de apoyo, Olivia De Jonge es excelente como Priscilla Presley, especialmente en los momentos en los que confronta con enojo a Elvis con su creciente adicción a las drogas. Helen Thomson interpreta muy bien a la madre Gladys. Y entre los artistas negros que influyeron tan claramente en Elvis, Kelvin Harrison Jr. como BB King y Alton Mason como Little Richard tienen su día en el sol. Richard Roxburgh como el padre Vernon Presley y Luke Bracey como Jerry Schilling también tienen momentos clave en el círculo íntimo de Presley. Otro de los puntos fuertes a reconocer es el apartado técnico y creativo, con un potencial que explota al máximo en cada puesta en escena mimetica,jugando con texturas, los tiempos, y un vértigo de ediciones rapidas.Aunado al destacado manejo de cámara a cargo de la directora de fotografía Mandy Walker por las calles de Memphis, por las iglesias, por la casa familiar y los escenarios de Las Vegas con saturación de planos ,movimientos en picado y con intimidad para igualar el dinamismo y sentimiento de Presley, consiguiendo reconstrucciones de actuaciones y conciertos en vivo electrizantes. El uso audaz del color y la iluminación es sorprendente. Lo mismo ocurre con el diseño de arte de Catherine Martin y Karen Murphy que ha sabido retratar cada una de las tres eras de la carrera del rey. Los coloridos y nostálgicos 50s, los psicodélicos 60s y los frenéticos 70s de Las Vegas, la ciudad que nunca duerme. Del mismo modo, los trajes absolutamente fabulosos de Martin, los peinados y maquillaje impactantes. Para conseguir un ritmo fluido en sus dos horas de metraje que se pasan sin sentir. Por todo esto en resumidas cuentas en una experiencia exuberante, fascinante y delirante con un ritmo fluido, incesante estimulación visual y musical que desborda tus sentidos en sus dos horas de metraje hasta lo abrumador y requiere ser vista en la gran pantalla, No te la pierdas.

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