Los libros que el mundo califica de inmorales
son los que enfrentan al mundo
a sus propias vergüenzas.
Oscar Wilde
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Estimado lector, gracias. Cuando comenzó el sexenio de la 4T se elogió la mañanera y en este espacio reconocí lo importante que sería un ejercicio de comunicación sin precedente entre el presidente y la prensa, un ejercicio que evidentemente no era circular (porque no es debate), pero que se le puede cuestionar directamente al presidente como no sucedía en los anteriores gobiernos.
Pronto se transformó en un espectáculo grotesco, el Pejelagarto lo convirtió en un show barato digno del canal de las estrellas, están obcecados en narrar una historia triunfalista a costa de lo que sea, lo mismo ha defendido a sus funcionarios como Bartlett, que los ha corregido, regañado y hasta corrido, mientras que se enreda en dar explicaciones de sus hermanos que fueron captados recibiendo sobres con dinero, pero no vaya a pensar mal estimado lector, los tiempos del “señor de las ligas” quedaron atrás, esto se trató únicamente de apoyos para el movimiento, recuerde que la corrupción ya la desterró.
El presidente López Obrador ha hecho 56 mil 181 afirmaciones falsas o engañosas en sus conferencias matutinas, según reveló un estudio de Luis Estrada, director de la consultora política SPIN. Es decir, que desde su primer mañanera el 8 de diciembre de 2018, hasta la del 30 de junio de este año, el jefe del ejecutivo federal ha hecho, en promedio, en cada conferencia 88 afirmaciones no verdaderas.
El show business tiene que continuar, es simple, cuando un programa de televisión ya no te da la audiencia meta que esperas, habrá de renovarse, buscar nuevas secciones, fortalecer las existentes, no caer en la fatal repetición de rutinas aprendidas que no le hacen gracia a nadie. Perdóneme la frivolidad del párrafo, pero así es la mañanera y sus conductores. Si fuera un producto de cualquier televisora estaría en la cuerda floja, pero se trata de un producto comunicativo que se transmite desde Palacio Nacional, con recursos públicos en los canales del Estado y el conductor es el PRESIDENTE.
En eso de la comunicación social el fracaso es igual que en otras áreas, Jesús Ramírez Cuevas no da una y obviamente con sus pifias expone a su jefe al ridículo, aunque está acostumbrado y le viene bien para seguir en su papel de mártir. Pero la puesta en marcha de “¿Quién es quién en las mentiras?” raya en el absurdo, no le abona nada a la mañanera, bueno… solo el acompañamiento de un mal Patiño para el histrión principal.
La idea no es del todo mala, serviría mucho si tuviera la finalidad de presentar información objetiva, son el gobierno y la deben tener, aunque el centro del asunto es golpear y amenazar a periodistas y medios de comunicación, pero, con esa conductora solo provoca la hilaridad del respetable, no de los aplaudidores. Déjeme decirle que en mi carrera como docente en Ciencias de la Comunicación he conocido profesores con más mérito, con credenciales que harían un mejor papel, o por qué no invitar a un defensor de las audiencias y no la imposición de una señora que es desconocida en el mundo de la academia y del periodismo.
La crítica les molesta y hasta quieren dar clases de periodismo, con eso de que “no es falso, pero se exagera”, como estarán las cosas y los nervios en la 4T que hasta los signos de admiración les molestan. Insisto, la tentación de censurar ahí está y los intentos que absurdos, por fortuna, se comienzan a hacer… Pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
Se extinguieron los fideicomisos para apoyar a atletas mexicanos, Ana Guevara tiene escándalos de corrupción. Anticipamos que el presidente va a declarar que se hizo un gran esfuerzo, una gran gestión de la sonorense en el deporte de cuarta de la 4T.
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Hasta la próxima.