sáb. Nov 23rd, 2024

Siempre asumo que un buen libro 

es más inteligente que su autor. 

Puede decir cosas que el escritor no conoce. 

Umberto Eco 

Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez 

Estimado lector, gracias. Cuando se creó Morena con la política de puertas abiertas que instaló Andrés Manuel López Obrador en la presidencia, también se importaron las peores prácticas de quienes abandonaron, más por conveniencia que por convicción, a sus partidos políticos para incitarse en el proyecto ganador llamado 4T del 2018, pero las tribus, los caciques, el caudillismo y obviamente el mesianismo quedaron intactos y se volvieron más extremos. 

Una queja constante en los últimos procesos electorales es que Morena está secuestrada por los de siempre, así lo hicieron por muchos años en el PRD, pero se sometían ante los designios de sus pilares, primero el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y después López Obrador, siempre olvidaron a la militancia de a pie, a los que hacen el trabajo diario, en los cargos de más nivel siempre los mismos que no dejan pasar y se resisten al cambio generacional. 

El año pasado, con la borrachera de poder que dejó la elección del 2018, en las elecciones de los estados de Coahuila e Hidalgo, el no escuchar y dar candidaturas a quienes las persiguieron con trabajo territorial, las repartieron por dedazo y con la lejanía de Palacio Nacional, los operadores al saberse perdidos jugaron con los partidos de enfrente para mantener posiciones y así les fue, los morenos fueron los grandes perdedores. 

El partido del presidente se encuentra de cabeza, desde la elección de Mario Delgado que estuvo puesto en entredicho y obviamente representa a la fracción de Marcelo Ebrard que se siente fortalecido, se sabe el hombre más importante del gabinete y se está perfilando para el 2024, por eso tienen a Delgado en operación que llegó a descabezar a los otros grupos, a los de Sheinbaum y Ricardo Monreal, quizás no sea muy visible, pero hay que inmovilizarlos lo más pronto posible. 

El Pejelagarto le ha hecho daño a Morena con las malas decisiones de gobierno, aunque dicen los soberbios que no les van a hacer ni cosquillas. Pero la ruptura puede venir desde adentro, parte de la militancia no está contenta con Mario Delgado, ya lo han increpado en varias ocasiones, le han gritado traidor, vendido y otras florituras, empero la reputación de Delgado es esa, quizás lo trae en su naturaleza delicada. 

Al estilo de Enrique Peña Nieto, cuando lo increparon en la Ibero, y dicen que el entonces figurín mexiquense se escondió de los estudiantes, a Mario Delgado lo corretearon y este se encerró en un baño portátil, ahí lo seguían esperando.  

Se espera que Morena pueda conservar la mayoría, pero lo que van a perder es por la falta de sensibilidad para voltear a ver a las bases, estos muy demócratas no salieron, ni son diferentes y varios ya se los advirtieron, van a jalar con los contrarios, ya sabemos que en nuestra política mexicana no se les da la lealtad… pero mejor ahí la dejamos. 

Entre Palabras 

Ahora se ve más claro… ¿Dominar y mandar en todos los frentes no es actitud de dictador? 

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Hasta la próxima.