dom. Nov 24th, 2024

Por Lourdes Rodríguez Salcedo

 Comienza un año muy prometedor para el Universo Cinematográfico, al fin llega una de las cintas más esperadas con gran ansiedad por los amantes del séptimo arte SPENCER, que tras ser estrenada y multigalardonada en su paso por varios festivales internacionales debuta bajo la distribución de Diamond Films para arrasar con la cartelera nacional. Siendo más allá que un simple drama biográfico dirigido por Pablo Larraín, es un deslumbrante e inspirado retrato de la vida de la controvertida y amada princesa de Gales Diana Spencer que nos permite sumergirnos profundamente en su interior centrándose exclusivamente en el fin de semana que dio forma a su destino cuando durante la Navidad, a principios de los 90s, decidió poner fin a su matrimonio con el príncipe Carlos. Reuniendo a un brillante elenco de primera Kristen Stewart, Jack Farthing, Timothy Spall, Sally Hawkins, Sean Harris, Richard Sammel, Amy Manson, Ryan Wichert, Michael Epp, Olga Hellsing, Wendy Patterson, Niklas Kohrt, John Keoogh, Shaun Lucas, Marianne Graffam, Jack Nielen, Ben Plunkett-Reynolds, Matthias Wolkowski y Oriana Gordon.

La trama nos lleva atrás en el tiempo, en los tres días de Nochebuena, Navidad y la fiesta de Boxing Day de 1991, en  Sandringham una de las residencias de la Reina Isabel II, con los preparativos reglamentados del fin de semana festivo real  ya se han establecido  en el barrido de seguridad de  la casa, los terrenos  y la precisión para las celebraciones de un modo casi militar, con un ejército trayendo los  lujosos  suministros del catering y el equipo de silenciosos cocineros a cargo del chef Darren que se encargaran de prepararla y servirla. Mientras que en un camino campestre Diana que lleva casi 10 años en la familia real, ha evadido a su escolta y chofer conduciendo sola para cumplir con su presencia en las tradicionales vacaciones de la corte real, consultando un mapa, preguntándose   donde esta? Se ha perdido, esta confundida no encuentra la ruta tanto físicamente como en su vida personal, cuestionándose quién es y que hace ahí. La princesa para en restaurant de paso para pedir indicaciones dejando a todos asombrados y sin palabras, siendo muy consciente de que su tardanza disgustara al clan, cuyas tradiciones navideñas son rígidas, pero es desafiante acerca de tomarse su tiempo, deteniéndose para quitarle la vieja chaqueta maltratada de su padre a un espantapájaros en las afueras de la casa de su infancia, topándose con el amable jefe de cocina Darren que le conmina urgentemente a continuar. Lógicamente Diana llega tarde, siendo recibida por Alistar Gregory un nuevo funcionario real al que la familia parece haber convocado contra las intrusiones de la prensa, debido a los rumores escandalosos de las infidelidades y las tensiones en el matrimonio de sus altezas, así como para ocuparse especialmente que ella cumpla con los rituales y obligaciones del evento, que son muchos. La princesa los conoce –lleva años haciéndolos– pero ya está harta de seguirlos al pie de la letra, especialmente cuando no hacen más que marginarla y manipularla. Hay que pesarse al llegar, entrar a cada evento a tiempo y en orden de rango, usar el vestido que otros le eligieron para cada ocasión y, por miedo a los paparazzi que supuestamente observan todo, cerrar cada puerta, cada cortina, cada entrada de luz al interior de la casa. A Diana, que ya llega en un estado límite de fastidio y angustia, estos protocolos rigurosos lo único que hacen es llevarla más y más al borde del estallido. Algo que la familia no puede permitir, que se sepa ya que, por otro lado, parecen hacer todo lo posible para causarlo. Debajo de la rebelión hay un trauma lacerante que se manifiesta en bulimia, autolesiones, paranoia y una resistencia entre miedo paralizante y desprecio. Al grado que se encuentra sin ganas de sentarse a la mesa con ellos (y menos de comer), destrozando cualquier regla, llegando escandalosamente tarde a las ceremonias y banquetes, violando uno a uno los protocolos fríamente marcados hasta los atuendos que debe portar y con algunas pocos que se alegran de verla sus dos hijos pequeños William y Harry, que se quejan constantemente del frio en un lugar con poca calefacción, siendo lo suficientemente grandes para entender que sus parientes son un tanto raros y que su madre no se lleva del todo bien con la manera en la que se conducen en general y en cómo se comportan con ella en particular. A sí mismo la relación con Charles ya está en ruinas, aunque ella parece seguir inexplicablemente enamorada de un hombre que ya tiene, de hecho, otra pareja a su lado y el cual le regala de Nochebuena, una espectacular gargantilla de perlas idéntica a la que le dio a su amante; eventualmente habla con él en un breve intercambio en la mesa en la cena y luego en una acalorada discusión en cada extremo de una mesa de billar él le reclama por su conducta poco prudente y escandalosa. Posteriormente tiene un poco grato encuentro de lejos con su rival Camilla que la examina con lastima después del servicio religioso de la mañana de Navidad. A si como la reina que permanece inescrutable cuando intenta ablandarla con un cumplido. Prisionera en un lugar donde pasado y presente son los mismos tiene que vivir los tres días más decisivos de su existencia, alucinando de día y tiene pesadillas con Ana Bolena cuya biografía aparece en sus aposentos, y la cual sufrió una situación como ella. Durante esos días el tiempo que pasa Diana con sus hijos es su única alegría y escape junto con sus únicos aliados en quien apoyarse Maggie su asistente de cámara y confidente que es la única que parece entenderla que le aconseja cambiar ya que ellos no van a cambiar, junto con el Chef de cocina Darren que la consciente. Los cuales más de una vez le recuerdan que todo lo que se dice, se escucha, se hace, se ve puede ser usado en su contra. Así como visitar la casa tapiada de su familia, que está ubicada muy cerca de ahí, solo que completamente abandonada. Después de sufrir una dolorosa separación y devolución de su ayudante, una escapada a la playa, despierta una valiente, bella y empoderada Diana que decide escapar en su convertible junto con sus hijos hacia la libertad.

SPENCER Es un estupendo, intimo, conmovedor y humano viaje cinematográfico apabullante al mismo tiempo sutil y audaz más allá de lo biográfico y convencional, al interior, de Lady Di, la que fuera princesa de Gales. Por medio de un guion escrito por Steven Knight que maneja un relato orinico y trágico de un pequeño pero imprescindible fragmento de su vida que cambiaría para siempre la historia de la monarquía inglesa, retratando el otro lado roto, divido, y contradictorio del icono, la leyenda y la mujer, a quien millones de personas admiraban y seguían, pero que en realidad pocos conocían. Con un ritmo cautivador y nostálgico nos atrapa para transportarnos a una realidad distopica detrás del cuento de hadas en el que no se aplica y vivieron felices para siempre, haciéndonos partícipes y solidarizándonos con la tristeza, claustrofobia, angustia, ansiedad, horror y tensión que Diana tuvo que soportar. El film interioriza en el lado oscuro, la violencia psicológica, la melancolía, demonios y experiencia cada vez más disociada  de la princesa atrapada entre los rituales ancestrales, los miembros casi fantasmales de los círculos frívolos y cerrados de la familia real británica en que los mínimos intercambios de la princesa con Charles o con la Reina Elizabeth dejan en claro  la crueldad y el doble discurso de las dos caras que ellos deben tener y manejarse: la pública y privada; junto con la asfixia y presión de la mirada vigilante de la prensa mundial. Refugiándose en la nostalgia de su familia, de quien era ella misma, y en su trastorno alimenticio, sin que nadie la ayude realmente, pero si varias miradas que la juzgan. Mientras que de forma rebelde e irreverente lucha por su insaciable deseo de encontrar su libertad y lugar en el mundo. Todo muy conseguido gracias a las maravillosas caracterizaciones y juego de contrastes muy potentes del elenco de estrellas, logrando la empatía con el público comenzando por la excepcional interpretación merecedora de un premio a cargo de la protagonista estelar Kristen Stewart como Lady Di a través de la contención emotiva, el lenguaje corporal, miradas, gestos, voz y acento británico brillante muy estudiados y conseguidos. Que reflejan a nivel psicológico el vacío, aislamiento, desorientación, el sentimiento de angustia al verse sometida a una forma de vida en la que no se reconoce y en el que no termina de encajar mientras se encuentra constantemente bajo la lupa de todos. Por otro lado, se termina completar con la actuación increíble de Jack Farthing como Carlos, Timothy Spall entrega una interpretación impecable con su expresividad como el funcionario duro encargado que todo salga a la perfeccion, Stella Gonet transmite en su rol una personalidad silenciosa, implacable y fuerte, Sally Hawkins por su parte refleja esa naturalidad y luminosidad en pantalla como su ayudante, Sean Harris como el encargado de la cocina. También hay que reconocer el trabajo del talento joven de Jack Nielen y Freddie Spry como los príncipes, Stella Gonet implacable como la reina.  A nivel de producción es excelsa, sobria y elegante, sobresaliendo no solo lo visual con metáforas de la jaula de oro y analogías de la figura histórica de Ana Bolena para enfatizar el derrumbe físico y emocional de la princesa. Si no el interesante manejo de la cámara y la fotografía de Claire Mathon espectral, oscura, pálida y fría, las atmosferas emocionales, las bellas locaciones interiores y exteriores naturales, el maquillaje y vestuario impresionante. Realzada por la magnífica banda sonora de Jonny Greenwood con toques de jazz que reflejan la intranquilidad, frustración y desesperación al máximo logrando una atmosfera de incomodidad. especialmente por un acento inglés absolutamente brillante.  En resumidas cuentas, una obra maestra en todos los sentidos, homenaje lleno de amor de una de las personalidades más queridas y admiradas, pero también una crítica reflexiva sobre la dualidad de los privilegios, libertad y tradiciones de la corona. Que brinda una experiencia intensa y deliciosa que vale la pena ver y debemos apreciar ver en la pantalla grande.

Por Staff